Ejercicio Nº 2

                                                         La tercera guerra carlista

La segunda guerra civil o la tercera, según lo quieras ver, estallo en  abril de 1872, mientras reinaba Amadeo l de Saboya. Evidentemente Carlos Vll mosqueado por perder las elecciones de ese año, dio orden de cojer las armas y atacar al país vasco, a sitios como Arrigorriaga, Mañaria, Oñate y Oroquieta, con las que el general Serrano acabo con las tropas mal enseñadas y el fue el que firmo el convenio de Amorebieta.
En febrero de 1873 se proclamo la primera república  con la que Don Carlos decidió ir a por todas, con tropas mas especialidad y con gente mas avituada a guerras, como: Dorregaray ( jefe supremo de las guerras carlistas ), Elio, Ollo, Lizarraga, Orbe y Valdespina.
La iglesia se agrego a las causas carlistas, siendo el más belicoso el famoso cura Manuel de Santa Cruz, que presionaba desde el púlpito y confesionario, a los fieles que apoyaran a las nuevas ideas del liberalismo.
Tras varias victorias de los carlistas, dominaban las 4 provincias vascas, a excepción de las capitales, como anteriormente. Conquistaron Estella el 25 de agosto y establecieron una corte carlista, alrededor de don Carlos VII, el cual juró mantener los Fueros y formó un gobierno como expresión de un Estado carlista, con varios ministerios e incluso emisión de moneda.
batalla de somorrostro
El ejército gubernamental al mando del general Moriones intentó tomar Estella, pero Dorregaray se lo impidió al vencer a los carlistas en la batalla de montejurra. Contentos con la victoria, los carlistas intentaron tomar Bilbao, y acorralaron la capital vasca. Tras varios meses de asedio, se produjo la victoria de los liberales, llevado por el General De La Concha, en la batalla de Somorrostroha si libraron Bilbao el 2 de mayo de 1874.De La Concha perdió la vida en la batalla en Monte Muro.
Animados por varias victorias, los carlistas bloquearon Irún ya que era fronteriza y muy valiosa, el intento de tomar Irún por caballos, fue un fracaso que reflejaba la incapacidad carlista para tomar poblaciones importantes.
La república fue derribada tras el golpe militar del Gneral Martinez Campos, en diciembre de 1874, así restauro la casa de borbón, con el nuevo rey Alfonso XII.
Alfonso XII, trato, sin conseguirlo, que los carlistas dejaran sus armas. Alfonso XII casi cae preso en la batalla de batalla de Lacar, en esa batalla los carlistas consiguieron su última gran victoria, pero en una nueva batalla de Montejurra, fueron finalmente derrotados los carlistas. Con esa ultima derrota, los carlistas se fueron dispersando, carlos VII cruzó el puente de Arnegui, pronunciando una palabra nunca cumplida, “Volveré”.
Tras el termino de la guerra carlista, ofreció una ocasión inmejorable al Gobierno central para, en su condición de vencedor, reducir el marco competencia foral y afianzar la creciente unidad del Estado.  Así se llegaba a la ley de 21 de julio de 1876, obra personal del nuevo presidente del gobierno Cánovas del Castillo, que, a toda costa, trató de evitar que se interpretara como una represalia de los vencedores, pero que fue inapelable en sus términos.
Las discusiones parlamentarias que precedieron a la aprobación de dicha ley nos manifiestan la unanimidad vasca en la defensa de los Fueros y el sentimiento de desconsuelo ante la inminente perturbación de sistema foral. El diputado alavés Mateo Moraza veía en la abolición de los fueros “la ruina y desolación del infeliz País vascongado, tan eminentemente español, tan eminentemente monárquico y tan acreedor por su infortunio a la solicitud nacional”. Para los diputados vascos, la ley que se discutía, al escarmentar a los carlistas, castigaba también a los liberales del País Vasco. 
En la práctica la Ley no suprimió literalmente los Fueros pero aumento la intervención y el poder político-administrativo del Estado, al tiempo que establecía que los deberes de acudir al servicio militar y de contribuir con  impuestos a los gastos del Estado se extendieran a los habitantes de Vizcaya, Álava y Guipúzcoa. se estableció una nueva estructura de relaciones jurídicas, económicas y administrativas, resto de la anterior foralidad, que recibió el nombre de Concierto Económico y fue regulado por decreto de 28 de febrero de 1878.  Mediante el mismo se establecía un régimen excepcional de tributación para las tres provincias vascas. Hoy día se mantiene un eco de este Concierto Económico en el Estatuto de Autonomía de Euskadi actualmente vigente.

1 comentario:

El Profe dijo...

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